
Si resulta importante saber comprar a la hora de invertir en activos numismáticos, saber vender es la clave para obtener beneficios.
A la hora de vender resulta básico:
- Estar al tanto del mercado y saber cuanto valen las piezas que has comprado en cada momento, para elegir deshacernos de las piezas cuando mayor rentabilidad nos puedan dar.
- Saber a quien venderlas. Esto puede referirse a contar con un intermediario de confianza a través del cual mover las piezas, o conocer directamente a los clientes potenciales que pudieran estar interesados en adquirir las piezas
- Tener una estrategia de venta clara, no dejarse llevar por los impulsos o la ansiedad si en un primer momento no encontramos comprador, y tener una horquilla dentro de la cual manejarnos a la hora de vender la pieza, para evitar en todo momento "malvender las piezas" por tener prisas.
En general, hay que tener mucha paciencia a la hora de vender nuestros activos numismáticos, ya que actuar en caliente e intentar deshacernos "de la noche a la mañana" de según que piezas puede hacer que tengamos que malvenderlas sin obtener el posible beneficio que estábamos buscando.
Para mantenernos al tanto del valor de las piezas, aparte de bibliografía y quizás tanteos a otros coleccionistas o vendedores (darnos una vuelta por las numismáticas puede darnos una primera visión de a cuanto se vende (supuestamente) esa pieza en el mercado.
Sin embargo, el valor lo fija la relación siempre fluida de la oferta y la demanda, por lo que resulta muy interesante estar al tanto de los cierres de las subastas numismáticas.
Realmente, las frecuentes subastas numismáticas suelen ser una muy buena base a la hora de marcar los precios de mercado de las monedas más relevantes, al darnos una idea muy clara de las cantidades que algunos coleccionistas están dispuestos a pagar por las piezas...
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